martes, 29 de junio de 2010

Te estoy contando una historia

Ahí tiene que es una “dama” y un caballero que se le olvidó lo cortés:

A ver, llega usted muy fácil, como queriendo conquistar a la vida y no puede conquistar a una dama. Y yo no me jacto de ser una dama, por supuesto, pero usted tampoco es un caballero. Así que fuera las caretas.

Llega, entonces, dispuesto a querer conquistarme, ¿a mí? Que ya me las sé de todas, porque sí soy muy tímida, pero de que me las sé, me las sé. –me justifico-

Llega, pues, y me enfrenta, con una sonrisa torcida me dice que le gusto ¿y usted qué demonios pretende que haga con eso?, ¿Qué lo ponga en mi colección de “tequieros” que tengo para cuando la autoestima baja?, ¿Qué lo use cuando sea debido o que me ría? Me río. Lo tímida desaparece y ahora me sale lo cínica. Deben ser los años que llevo conociéndolo. O debe ser que de pronto, me dio confianza.

Así pues, llega y me dice que quiere usted estar conmigo toda su vida, como si usted fuera a durar un chingo: fuma, traga a montón, dice que hace ejercicio, ha dejado crecer la panza y además… bebe. Pero así llega, se acomoda el saco, y me llega.

Total que quiere que yo esté con usted el resto de mis días. Yo, que sí tengo futuro, que al menos leo mucho y que sobre todo, sé cocinar. Me río de nuevo.

Me toma por los hombros y trata de besarme, me alejo. No es que no quiera, es que me hago la difícil. Dicen las que saben, que eso funciona con la mayoría. Al menos usted es mi mayoría. Su insolencia me provoca.

Así, me agarra por la cintura, me besa. Le doy un golpe en la cara. No soy fácil y usted no es un caballero. La facilidad adquiere relevancia en este punto, pues es usted quién está interesado en mí.

Pero así llega usted, con sus aires de grandeza, que más bien son proyecciones de inferioridad. Me dice que yo soy de usted, y que haga lo que haga, al final de cuentas, terminaremos juntos. Ya no puedo reírme, en realidad sus chistes ya son viejos. Un poco más de retorica y ya estoy aburrida. Bostezo.

Ahora se va, me dice que ya volverá. En la esquina una mujer fácil lo está esperando.

Anda a paso seguro, plasmando su huella en el asfalto lo miro partir, voltea y me dice: ya vendrás. Se marcha con la certeza de que usted, ya triunfó. Que su beso mal dado ya evolucionó.


-¿Esto qué es?
- Calla, te estoy contando una historia. -Al menos, me hice la difícil-

1 comentario: