Y si hay tiempo

Olvidaste mis besos en algún lugar donde el sol besa al mar, tiraste mis encantos en la bajamar después de tomar años de necesidad. Pisoteaste mis ilusos dibujos de eternidad, mientras besabas apasionadamente mis escondidos deseos.

Descargaste tu ira en mi emoción insipiente del “siempre” para después recapacitar con la perenne necesidad de escapar. Escapamos entonces de nosotros sabiendo que el reencuentro se habría de dar, a pesar de nosotros.

Dejaste atrás aquella desbordante pasión que me hacía jadear, sacrificaste mis ojos por tu absurda indecisión de estar mientras yo decidía permanecer… varada en aquel hotel.

Pero el Tiempo siempre nos ha de cobrar los intereses de aquella deuda que aún no hemos podido saldar. Y no es por falta de recurso, es por pereza de buscar, y miedo de saltar.

Tomaste así el camino del rencor. Una, dos, tres llamadas… y ella no contestó; ahora, desangrando de tanto veneno que has tomado por tu infame duda, arrancas besos violentos tratando de reavivar la llama que un día te incendió…

No soy yo quién ha regado amor, pero si he sido yo la culpable de tu vacilación. Pues me he escondido durante años en una caja, palideciendo y arrancándome esa sensación de pesadez en el pecho… opresión que me asfixia cuando intentaba respirarte.

Felizmente, estoy volcada en ti, perdiendo mi tiempo en palabras que siempre te hacen soñar. Mientras tú has terminado de odiarme para después atormentarme…

…Y si hay tiempo, volverás a amarme.