miércoles, 21 de julio de 2010

Querido extraño:

Recibí tu carta. Por un momento cedí y corrí en tu búsqueda. pero la razón, siempre la maldita razón...

No puedo negar que alguna vez me enternecí por verme en tus brazos, acariciando mi cabello, besando mi frente, tocando mis labios con tus manos. Que morí de placer al sentir tus besos insolentes, robados y necesitados. Y del placer sé más que tú.

No desmentiré que una vez te conocí con el alma vacía, con el cuello lleno de besos, la mirada torva y tu lengua promiscua. Pero no, ese no eras tú y yo vendía mis pecados.

Cómo negar que tus palabras cursis desprendieron la esencia de mis dedos pedestres. Que escribí los más románticos y melodiosos compromisos contigo, danzando al compás de tus rosas letras.

Cómo olvidar que fui la señorita ternuras cuando me descubriste enamorada de ti. Pero escondida por mí.

Jamás refutaré, que por ti, deletré cada una de tus miradas, de tus enigmas, de tu familia. De ti. Sólo para saberte y de esta forma atormentarte. No soy tu alma gemela. Eso no existe. Pero así te conocí.


¿Cómo mentir?, yo soy una puta y tú, sólo fuiste mi caballero de un día al que la cartera le robé. Enamorarnos no va, rompemos los esquemas. Absurdos prejuicios. Un cliché. Soy una pécora.

Te quiero. La siguiente noche, la pago yo.


1 comentario:

  1. Ajalas, está chido... me gustó eso de la señorita ternuras jojojo... por cierto, ya actualiza mi blog jajajaja me cambié al de enfrente: hijosdelnopal.blogspot.com

    ResponderEliminar