martes, 13 de septiembre de 2011

Vulnerable.


Ensimismada, Irene miraba la ventana de su habitación. Hoy el sol no salía y en el supuesto, ella sería feliz. Sin embargo algo había en su mirada, un dejo de melancolía y perturbación.

Irene como todos los días sacó a los perros a dar una vuelta, caminaba alrededor de dos horas por un parque cercano y luego regresaba con el periódico a casa, como todos los días. Como cada día. Pero hoy no; hoy salió con la misma mirada perdida del párrafo anterior, esta vez se sentó en una banca y contemplaba algo interno, algo que su rostro no podía descifrar.  ¿Qué era esa tristeza que a leguas embargaba a Irene?

Un par de vecinas curiosas observan de reojo a Irene, haciendo conjeturas de su vida, creándole una historia de golpes, desamores y prostitución. Las mismas vecinas gozan fantaseando cual guionista pródigo la historia que seguramente Irene protagoniza. No saben qué es de su vida, pero tienen una gran idea proporcionada por su imaginación. Continúan su camino mientras Irene no se interesa en darse cuenta de aquella cotidianeidad. 

Un tipo galante se acerca y se sienta a un lado de Irene, desea hacerle la plática pero hay algo de ella que lo aleja, los perros se inquietan y mejor opta por continuar su camino. Irene está ajena.

Tres horas después: 

Irene se levanta del parque y camina de regreso a su casa, está decidida a enfrentar la situación. Ahora camina segura de sí, a paso apresurado para encontrarse con sus decisiones optimistas. Y ahí va, andante con sus perros. Segura de lo que quiere, piensa que es un tabú voltear hacia atrás, y un cliché también. Sus ojos ya no lucen opacos sino chispeantes y emprendedores. Irene tiene una idea.

(…)

Irene yace en su cama, no tiene más aliento que el que se llevaron aquellos hombres de los que ella se enamoró. Aquellos que la engañaron, la ilusionaron, la enajenaron…  Irene estaba vulnerable. 

2 comentarios:

  1. Oiga doña, ¿a cuánto el cuento corto? Por cierto, si de peticiones se trata... ¿cómo me contaría acerca de un burro perdido?

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  2. Lo contaría en prosa, los burros merecen la mejor prosa :)

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